Nos preocupamos por las cosas usuales cada día: la factura de la luz, la matrícula de la universidad, el pago de la hipoteca o el arreglo del coche.
Nos preocupamos por la vida de los otros, a los que no conocemos pero juzgamos…pero un día te levantas y nada tiene la misma importancia porque hay algo ahí fuera que ocupa el centro de nuestras vidas: el coronavirus ha llegado y sin llamar a la puerta, ha ocupado el centro de la casa.
La frustración deja paso al miedo, al desánimo y luego llega la impotencia… pero hoy sabemos que nada es para siempre: NO hay mal que cien años dure, ni quien pueda soportarlo dice la canción.
No te conozco, no sé cómo te llamas ni cual es tu situación pero SÍ SÉ que vas a salir de esto. Mañana se despejará el horizonte y todo volverá a ser maravillosamente rutinario aunque ya nada volverá a ser como antes pues ahora tú eres una persona más fuerte, más madura, más consciente y más humana.
Un sabio me dijo un día que la fe se resume en tres verbos: OIR – CREER – OBEDECER. Así que ya hemos oído, ya creemos lo que está pasando y obedeciendo saldremos adelante.
Mucho ánimo, mucho amor, mucha paciencia y mucha fe para hoy, para mañana y para siempre. Resiste, este nuevo mundo te está esperando y una vida maravillosa se vislumbrará ante tus ojos.
Moita forza dende Vilalba.